La Asociación ARDEIDAS denuncia en nota de prensa la situación degradante e insostenible del río Tajo a su paso por Talavera y propone soluciones.
En estos meses el río se queda prácticamente sin agua, como consecuencia de la gestión injusta y al borde de la Ley (no se cumplen el Plan de Cuenca ni el Convenio Marco del Agua) que hacen desde la Mesa de Explotación del Trasvase Tajo-Segura y el beneplácito del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. Es degradante para el río Tajo, los pueblos ribereños y la ciudadanía en general la situación agónica de un río, el más largo de la Península y uno de los más caudalosos, y es lamentable que año tras año se repita una situación donde se sabe quienes son los culpables y se tiene claro cuales son las soluciones.
El cauce del río presenta por nuestra ciudad un estado deplorable que ha empeorado mucho en los últimos 15 años. La dinámica fluvial prácticamente ha desaparecido y el cauce está invadido en gran parte de su recorrido por sedimentos y vegetación palustre, debido a la falta regular de caudal. Todo ello origina aguas estancadas, compactación de sedimentos, aguas eutrofizadas carentes de oxígeno, insalubridad, proliferación de insectos y mosquitos (como está pasando en las últimas semanas), etc. etc., es el panorama que desgraciadamente sufrimos con un río cautivo desde su cabecera, por la decisión injusta de unos pocos. Todo ello produce una grave alteración del equilibrio ecológico del Tajo. Pero otro tanto sucede con el Alberche, que prácticamente lo han reducido a mero arroyo que puede saltarse de una orilla a otra.
Todos los desequilibrios ambientales de la injusta gestión que sufren el Tajo y el Alberche repercute de manera directa en los usuarios, los pueblos ribereños y los agricultores, que ven mermadas sus expectativas de futuro al no disponer de agua para regar (en una zona, Talavera, rica en agua, ¡que ironía!). Cada vez que se aprueba un trasvase se ahonda más en la injusticia para Talavera y su comarca y todo el Tajo Medio, desde Aranjuez y Toledo, que sufren parecidas consecuencias. La solución a todo ello es agua, agua y agua. Cualquier actuación sobre el cauce (eliminación de sedimentos o vegetación, dragados, reconducción, motas, etc.), altera los fondos, dificulta la biología y ecología de la fauna acuática, altera gravemente la vegetación natural, introduce manejos artificiales nocivos en la recuperación del equilibrio ecológico, produce un fuerte impacto sobre la fauna y el paisaje, etc. Además, el dragado, aparte de una actuación costosa, es inservible pues en meses más caudalosos el arrastre natural del río volverán a colmatar el caude de sedimentos. Una vez más la solución es agua, agua y agua… sin olvidar la depuración de los afluentes del Tajo (Jarama y Guadarrama) provenientes de Madrid que aportan una contaminación insultante.
Ante esta situación, es importante crear frentes activos críticos, informar a la ciudadanía sobre cuales son las soluciones idóneas más allá de las ocurrencias de algunos, hacer frente común ante esta situación injusta que se prolonga ya muchos años. Desde estas líneas proponemos (como ya hicimos en reuniones previas con todos los partidos políticos antes de las elecciones), la creación de un Observatorio Municipal para el seguimiento y recuperación del rio Tajo y el Alberche, unido a un Consejo Local exclusivo para tratar los temas del agua, abierto a la participación de todos, con colectivos sociales y donde se establezca una “hoja de ruta” sobre la estrategia a seguir, con la implicación de todos los organismos y responsables públicos.
Desde ARDEIDAS pedimos la liquidación del trasvase Tajo-Segura que más pronto que tarde tiene que llegar, asi como la depuración de aguas residuales que son vertidas directamente a nuestro río y sus principales afluentes.
La ironía de la “Playa de los Arenales”
Ante este panorama desolador e injusto, a la Confederación Hidrográfica del Tajo, deudora permanente con Talavera, no se le ocurre mejor idea que acondicionar, en los antiguos arenales, en lo que fueron las antiguas playas del Tajo hasta finales de los setenta, una especie de “playa” artificial con sombrillas y todo (que seguramente serán arrasadas en la proxima crecida invernal) que no deja de tener ironía. Se supone que las playas se acondicionan para bañarse y disfrutar de los ríos, pero es lo que tiene haber entrado en el siglo XXI con el agua de los ríos concebidos como mero mercantileo, como pasa en nuestra tierra. Asistiremos a un panorama artificial, muy alejado de la realidad, ya que desde principios de los ochenta, sanidad desaconseja el baño en el Tajo debido a la fuerte contaminación, sobre todo de aguas residuales procedentes de los afluentes de Madrid, y la playa no dejará de ser una “invitación” a que más de uno finalmente termine metiéndose en el agua, con posibles riesgos para su salud.
Asociación ARDEIDAS.
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